¿Conoces el movimiento trashcooking?
- 11 junio 2018
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- Estilo de vida Florette
¿Has oído hablar alguna vez del término trashcooking? Es una de las tendencias foodie de este año que llega desde la más alta élite gastronómica hasta nuestras casas. En los últimos años, la comida está más de moda que nunca. Los denominados “foodies” publican constantemente fotografías de sus platos bajos hashtags como #foodporn o comparten en sus redes sociales las recetas más originales. Algo muy importante que ha surgido en parte gracias a esta moda, es el creciente interés por conocer el origen de los alimentos que tomamos, cómo han sido tratados, así como las técnicas de aprovechamiento como es el trashcooking.
Esta técnica no es más que aprovechar los desperdicios o sobrantes generados al cocinar para la creación de nuevos platos, sabores, texturas y recetas. Básicamente, aprovechar los tallos de las verduras, hojas, cáscaras… o cualquier sobrante de nuestras elaboraciones que estén en buen estado y sean comestible, para evitar desperdicio de comida.
Seguramente al leer la definición de trashcooking has pensado que esto no es nada nuevo. Y efectivamente, es una técnica que nuestras madres y abuelas llevan realizando toda la vida, ¿quién no recuerda esas croquetas con los restos de pollo del día anterior?
Según la FAO, en España tiramos a la basura millones de toneladas de alimentos en buen estado. Para combatir esta triste realidad, surge o resurge esta forma de cocinar en la que con la ayuda de nuestra creatividad sacamos el máximo partido a algo tan valioso como es la comida.
¿Cómo puedes unirte a este movimiento? Cociendo los tallos y hojas de las verduras en sopas, utilizando las pieles de frutas para dar sabor a postres o incluso ¡preparando aromáticas infusiones! Una alternativa muy práctica es cocinar un revuelto o tortilla con algún ingrediente que tengas abandonado en el fondo de tu nevera: atún, espárragos, guisantes o jamón. ¡Fácil y delicioso!
Otra gran solución para evitar tirar parte de tus menús de días anteriores son las ensaladas. ¿Tienes restos de pollo, algo de queso de la semana pasada y sobras de cebolla pochada del fin de semana? Combínalos sobre una base de lechugas o primeros brotes y tendrás una receta exquisita. ¿Te apuntas al trashcooking?
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